Es, sin lugar a dudas, una característica envidiable. Que Vargas Llosa tenga el ímpetu, las ganas, cual su mejor época como escritor, para viajar e introducirse a un mundo ajeno y tratar de utilizarlo en una novela, me parece envidiable. Ya quisiera yo tener esa fuerza.
En el segundo encuentro internacional de literatura en español, organizado por la Fundación Santillana y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el escritor peruano y su obra fueron el centro de atención. Entre otras cosas, al final de la velada, mencionó sus intenciones por ambientar su próxima novela en el Congo, introducirse en el país africano y recorrer el río del mismo nombre. (Más información aquí.)
Si la aventura y la recolección de datos tienen como resultado una novela de la talla de La guerra del fin del mundo, tendremos próximamente en nuestras manos otra obra intachable del autor. Tal nos sorprenda con otras de esas radicales masas humanas como la que abanderaba El profeta.
Conozco a varios amigos que viajan y otros que viajan para poder inspirarse y recopilar información para sus proyectos artísticos, es una tarea ardua, no me cabe dudas. Por ello mi mención a que es una característica envidiable, no digo.
martes, junio 17, 2008
domingo, junio 15, 2008
Reflexiones de Jorge Volpi
A la novela últimamente la dan por muerta. Son diversos los autores o críticos en este ámbito que han rectificado ésta. Incluso se daban tips de cómo debería ser la novela de ahora en adelante.
Pues, ahora que chequeo las noticias, me encuentro con algunas ideas muy interesantes de Jorge Volpi referentes a este tema. A propósito de su último libro de ensayos Mentiras Contagiosas –del que espero pronto tenerlo entre manos-, el autor reflexiona y da una clasificación peculiar a las novelas.
“Están las novelas que te infectan como el virus de la gripe, que las lees y te entretienes durante ese tiempo y después no te vuelves a acordar de ellas. En el otro lado, están aquellas novelas que lees y luego sus personajes, sus temas o sus problemas, siguen presentes, contaminan tu imaginación durante semanas, meses o toda la vida. Estas son las que importa escribir, aunque no siempre se logre.”
Acabando de pasar el siglo donde más novelas se han hescrito, es ilógico decir que la novela esté muriendo; que hayan novelas tal vez no clásicas como para formar un canon, pero aún así siempre hay novelas que trascienden.
Aparte, el escritor mexicano da un golpe certero para todos aquellos que dan por segura la muerte de este género, apuntando a un factor que se toma muy poco en cuenta:
“Pocos instrumentos permiten a las personas, durante unos cuantos momentos, creer que son capaces de comprender o acercarse a la conciencia, a las decisiones, los problemas de otros, como con la lectura de la ficción y eso ya es una función importante de la novela.
“No me parece que la novela, como género, esté en vías de extinción. Resulta reduccionista pensar que las nuevas tecnologías, la brevedad que exigen y la rapidez a la que estamos sometidos, sea contradictoria con la existencia de las novelas clásicas, decimonónicas, que en algún sentido parecen casi dinosaurios pero aún tienen una enorme capacidad para sobrevivir.”
Pues, ahora que chequeo las noticias, me encuentro con algunas ideas muy interesantes de Jorge Volpi referentes a este tema. A propósito de su último libro de ensayos Mentiras Contagiosas –del que espero pronto tenerlo entre manos-, el autor reflexiona y da una clasificación peculiar a las novelas.
“Están las novelas que te infectan como el virus de la gripe, que las lees y te entretienes durante ese tiempo y después no te vuelves a acordar de ellas. En el otro lado, están aquellas novelas que lees y luego sus personajes, sus temas o sus problemas, siguen presentes, contaminan tu imaginación durante semanas, meses o toda la vida. Estas son las que importa escribir, aunque no siempre se logre.”
Acabando de pasar el siglo donde más novelas se han hescrito, es ilógico decir que la novela esté muriendo; que hayan novelas tal vez no clásicas como para formar un canon, pero aún así siempre hay novelas que trascienden.
Aparte, el escritor mexicano da un golpe certero para todos aquellos que dan por segura la muerte de este género, apuntando a un factor que se toma muy poco en cuenta:
“Pocos instrumentos permiten a las personas, durante unos cuantos momentos, creer que son capaces de comprender o acercarse a la conciencia, a las decisiones, los problemas de otros, como con la lectura de la ficción y eso ya es una función importante de la novela.
“No me parece que la novela, como género, esté en vías de extinción. Resulta reduccionista pensar que las nuevas tecnologías, la brevedad que exigen y la rapidez a la que estamos sometidos, sea contradictoria con la existencia de las novelas clásicas, decimonónicas, que en algún sentido parecen casi dinosaurios pero aún tienen una enorme capacidad para sobrevivir.”
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